En Alan creemos en la responsabilidad individual. Todos somos adultos responsables y confiamos en los demás y en que los compañeros tomarán siempre las mejores decisiones posibles para el negocio.
Hoy en día somos conscientes de que todas las personas que trabajamos en Alan somos y tenemos necesidades diferentes. Algunos tienen niños pequeños y tienen que adaptar sus horarios. Otros son más eficientes a última hora de la tarde y prefieren empezar la jornada más tarde. Y es que en Alan pensamos que cada Alaner puede y debe organizarse por sí mismo con el fin de sacar la máxima productividad posible cuando se encuentre delante del ordenador.
Este razonamiento nos impulsó a establecer una “cultura de lo asíncrono” para que todos los equipos puedan organizar su tiempo. Más concretamente, esto significa tratar de recoger y debatir todo por escrito y dejar de organizar reuniones interminables que en ocasiones solo consumen tiempo. Nuestra organización y nuestra cultura corporativa liberan a nuestros empleados de las restricciones temporales. En resumen, trabajamos cuando queremos basando nuestras relaciones en la confianza y el compromiso.
Mientras que muchas empresas han tenido que adaptarse al paradigma del teletrabajo provocado por la COVID-19, en ocasiones con grandes costes, en Alan hemos comprobado que nuestra forma de actuar solo ha cambiado ligeramente. Nuestra productividad ha aumentado de manera significativa.
Dado que nuestra operación se basa por completo en el trabajo asíncrono, tanto escrito como en línea, no se producen diferencias en el impacto de una persona que trabaja desde casa u otra persona que acude a la oficina.
Numerosas empresas, en especial del sector tecnológico (Twitter, Facebook, Google, Spotify), han ampliado el cierre de sus oficinas hasta finales de 2021.
Nosotros no vamos a cerrar nuestras oficinas; al contrario, creemos que es una forma de trabajar que nos parece positiva. Es un entorno en el que los compañeros pueden reunirse y no pretendemos transformarnos en una empresa que imponga el teletrabajo.
Nuestro ideal de libertad y responsabilidad implica ofrecer esta opción a los empleados de Alan.
Algunos elegirán pasar los meses de invierno al sol. Otros vivirán lejos y solo vendrán a la oficina una vez al mes. Y otros querrán trabajar desde su piscina la mitad del tiempo.
¿Ojos que no ven, corazón que no siente? Uno de los comentarios más recurrentes del modelo a distancia es que podemos llegar a sentirnos solos.
Nuestra respuesta siempre se centra en la oferta y la responsabilidad. Confiamos en la fluidez en los equipos para que cada persona pueda elegir su entorno, ya sea en la oficina o todos a distancia.
Con revisiones quincenales con el coach, reuniones informales del equipo a distancia, clases deportivas, etc., proporcionamos las herramientas y cada uno decide cómo utilizarlas.
Mientras todos sean responsables, los resultados estén ahí y la comunicación sea buena, nosotros decimos: ¡trabajamos desde donde queremos!