El ego está detrás de muchos de los fracasos de las empresas, pero también de los éxitos. De hecho, puede suponer hasta el 15% de las ganancias anuales de un negocio, según un estudio que se recoge en el libro “Egonomics”. No obstante, sus autores, Steven Smith y David Marcum, tras entrevistar a alrededor de 850 directivos, también descubrieron que el 63% admitía que el ego ejercía un impacto negativo en sus empresas. Entonces, ¿es malo el ego o es positivo? ¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de ego en el contexto laboral?
A través de este artículo trataremos de mostrar cómo la clave del ego y su papel en las empresas (y en la vida) no está en desterrarlo o glorificarlo, sino en encontrar la dosis adecuada.
El ego se puede entender desde diferentes perspectivas. Por un lado, es una palabra que procede del latín y significa “yo”. Por otro lado, en el año 1923 Sigmund Freud la utilizó para referirse a la parte de la psique más racional y realista. No obstante, en el vocabulario del día a día, utilizamos la palabra ego para referirnos a un exceso de valoración que alguien tiene sobre sí mismo. Esta última definición es la que utilizamos a lo largo de este artículo.
“El ego, bien entendido, nos permite ser conscientes de la importancia de ser el centro de nuestro propio mundo, y ese es el primer paso hacia la autoestima y la autoconfianza”, afirma Pere García, master coach por The International School of Coaching.
No obstante, el ego tiene muy mala fama. Se le suelen atribuir actitudes egoístas, carentes de empatía y arrogantes cuando hace acto de presencia en los entornos laborales. Pero según afirma Pere, “el ego no es malo en sí mismo. Un escaso nivel de autoestima nos puede hacer vulnerables, mientras que un exceso nos hará perder la perspectiva y las habilidades sociales y emocionales necesarias para el desempeño profesional”.
Por tanto, el ego no solo es deseable, sino que es importante en las empresas. El problema está cuando alcanza proporciones excesivas.
Beneficios del ego proporcionado ✔️ | Desventajas del ego desmedido ❌ |
Liderazgos fortalecidos | Envidia |
Mejora la gestión de equipos | Intolerancia |
Ayuda a solucionar conflictos | Falta de reconocimiento de los propios errores |
Componente motivador del grupo | Sentimiento de superioridad |
Identificar cuándo el ego de alguien le puede estar jugando malas pasadas puede ser difícil de reconocer en las personas que nos rodean. Tener un ego equilibrado es importante para la salud mental, pues un exceso distorsiona nuestra forma de ver la realidad y nos limita en el trabajo.
Para distinguirlo y poder ayudar a esa persona, es importante hacer un análisis a través de los siguientes puntos:
🔹 ¿Le cuesta salir de su zona de confort? El ego desmedido tiene uno de sus pilares en el miedo al fracaso. Una forma de enmascarar ese miedo es no asumir riesgos para evitar que algo cambie y así dominar lo máximo posible el territorio y las circunstancias.
🔹 ¿Busca aprobación y atención constante? La búsqueda incesante de aprobación y atención ajena también es una característica de las personas con un ego muy elevado. Cuando no las encuentran, se sienten mal, ya que basan su identidad en la perspectiva ajena. Una forma de llamar esa atención puede ser dando la opinión en momentos inoportunos, alardeando o teatralizando las intervenciones.
🔹 ¿Lleva a lo personal las críticas? El ego puede provocar que se reaccione a las críticas de una manera poco asertiva al sentir que son un ataque o una ofensa, cuando en realidad no lo son.
🔹 ¿Evalúa constantemente a las personas? Al igual que el ego provoca que se busque la atención constante, también causa que se es esté pendiente de lo que dice, hace y piensa el resto.
Este análisis también se puede aplicar a uno mismo, ya que como hemos dicho, el ego puede jugarnos malas pasadas en nuestro desempeño profesional. Así que, ¿por qué no revisárnoslo de vez en cuando? Quizá sea el causante de que algunas cosas no nos estén saliendo como esperamos…
El ego desmedido en las empresas es algo que suele tener un efecto más notorio y consecuencias más negativas cuando afecta a personas que se encuentran en puestos de liderazgo. Y hasta las marcas más destacadas pueden toparse en algún momento con un problema de este tipo. De hecho, los inicios de Apple son un gran ejemplo de ello.
Según cuenta Andy Grignon, desarrollador que participó en la creación del iPhone original, era muy difícil trabajar en el proyecto. Apple reunió a los mejores trabajadores de cada área para montar su equipo, algo que de primeras parecía una gran idea. Sin embargo, esto generó un gran choque de egos y el trabajo fue una pesadilla.
Paul C. Nutt, profesor de la Universidad de Ohio, analizó durante veinte años a cientos de organizaciones y observó que la mayoría tenía un exceso de ego por parte de los gerentes, los cuales tenían como dinámica imponer su opinión.
Cuando en un equipo se juntan personas con gran talento se pueden obtener resultados extraordinarios. Sin embargo, como hemos visto en el caso de Apple, el ego desmedido puede suponer un gran peligro.
Es importante que la propia persona se de cuenta de cómo su ego desmedido puede estar afectando a su vida profesional e intente poner solución. Pero las empresas también pueden poner en práctica diferentes estrategias para gestionar el ego de sus equipos y que juegue a su favor. Aquí te mostramos algunas:
🤝 Fomenta la cultura del respeto y el trabajo en equipo
Transmite la idea de que el trabajo no es una competición, sino un proyecto común. Este espíritu colaborativo puede ayudar a encauzar los egos más descontrolados. Recordar asiduamente los valores humanos y éticos de la empresa también puede ayudar mucho a que ese sentimiento de unión acabe calando y la soberbia o la prepotencia se dejen de lado.
Los encuentros fuera de la oficina también pueden ayudar mucho a fomentar ese sentimiento de unión. Incluso, puede hacer que las personas con un ego más alto saquen a la luz otros aspectos más positivos de su personalidad y acaben por ser comprendidas.
✋ Cuenta con un buen líder
La figura del buen líder es fundamental para desarrollar el potencial de cada miembro del equipo y establecer límites. Un buen líder debe ser capaz de gestionar los egos de las personas para que todos caminen unidos y en armonía hacia un objetivo común.
Además, como hemos mencionado antes, el líder también debe saber gestionar su propio ego, pues de lo contrario, puede convertirse en un líder despótico y controlador.
🤲 Ofrece ayuda psicológica a tus equipos
Por último, es importante ofrecer a las personas una ayuda cuando la necesitan. En ocasiones, será el profesional el que note que su ego le está jugando malas pasadas y necesita una mano para controlarlo. En otras, será su propio entorno el que lo note. Sea como sea, poner a disposición de tus equipos profesionales de la salud mental que les aporten las herramientas necesarias para desarrollarse lo mejor posible en el día a día, repercutirá de forma increíblemente positiva en el día a día.
El ego es el gran olvidado en las empresas. Sin embargo, ha demostrado tener un gran efecto sobre el bienestar y los resultados de las corporaciones. Como empresa también está en tu mano el ayudar a los equipos a extraer el lado positivo del ego para que puedan alcanzar todo su potencial.