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Pasar rozando el larguero, o cómo me rechazaron en Alan

Pasar rozando el larguero, o cómo me rechazaron en Alan
Actualizado el
16 junio 2023
Cultura de empresa
RRHH y talento
Actualizado el
16 junio 2023
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Resumen

Spoiler: al final me aceptaron.

Me llamo Grégoire y estoy a punto de terminar mi período de prácticas en Alan. Antes de irme, me gustaría explicar cómo me aceptaron cuando no había ningún puesto vacante en Alan, y sabiendo que no están muy acostumbrados a contratar becarios. Sólamente por eso ya me parece interesante, porque  dice mucho del tipo de empresa que es y el espíritu que tiene para apoyar a las personas que trabajan allí. 

La fase de contratación

Mi primera etapa no fue nada del otro mundo: tras dos años de clases de preparación y un primer año en la escuela de negocios, empecé a buscar mis primeras prácticas en verano de 2019. Empecé con mi investigación en marzo - abril, enviando algunas solicitudes de vez en cuando a empresas que me gustaban, como Alan. Ninguna de estas empresas tenía un puesto vacante de becario, ¡pero quién no arriesga, no gana! Me las arreglé para tener una llamada con un miembro del equipo de ventas que me consiguió una entrevista. A pesar de cómo fuese la entrevista, me dejaron las cosas claras: dado que el equipo era muy senior, daban muchas responsabilidades y esperaban también mucha autonomía. En otras palabras, en Alan no contrataban a becarios porque el entorno no era apropiado para ello. Es algo que tuve en cuenta, pero aún así la empresa me motivbaa mucho: todo lo que había leído sobre ellos me gustaba, y mi entusiasmo seguía igual que el primer día. Así que, cuando recibí ofertas de otras empresas, hablé directamente con ellos. Muy comprensivos, empezaron a acelerar el proceso por su parte, lo que me permitió acabar mis entrevistas al siguiente viernes. Tras un fin de semana intenso cruzando los dedos, me dieron el veredicto el lunes por la mañana: “todavía es demasiado pronto para contratar a un becario en el equipo, te faltaría tener más rodaje y cumplir con tareas específicas”. Ups.

Pero a veces…

Obviamente, es frustrante. Más aún porque, aunque durante la entrevista me diese cuenta de que la la conversación fluía muy bien, tuve la impresión de no decir todo lo que me hubiese gustado. Después, recibí la otra oferta que comentaba anteriormente: teniendo en cuenta lo lejos que estaba a nivel de la motivación que sentía por Alan, decidí rechazarla y retomar mi investigación. Más tarde, debatí sobre el proceso de Alan y sus motivos para rechazarme, cuando un amigo (hola Reda), me dijo que si realmente quería entrar el proceso, era cuestión de impresionarlos. Estamos de acuerdo en que la intención es el objetivo de cualquier entrevista, pero, ¿cómo se tiene que hacer para no caer en la categoría de los candidatos rechazados por ser demasiado insistentes? Al darme cuenta, decidí hacer un “estudio de mercado” sobre los seguros y la salud en Francia. Me armé de paciencia, un poco de LinkedIn y Google para cumplir con una lista de nombres y emails de 140 responsables de Recursos Humanos en un archivo excel. Les envié un email personalizado, invitándoles a rellenar un cuestionario sobre el seguro médico, indicando que soy un estudiante que está preparando su tesis sobre este tema. Lo repetí dos veces y obtuve una veintena de respuestas, así que empecé a darle forma a mis datos.  Mi objetivo era sencillo: ya que en Alan parece ser que les da miedo que el becario necesite ayuda constante, tengo que demostrarles que puedo aportar algo en concreto al equipo. Me puse manos a la obra y preparé unas cuantas diapositivas con los datos que había recopilado y lo que aprendí de ellos, tal y como haría un miembro del equipo. Les envié el resultado que obtuve explicando mi enfoque en detalle, así como los otros puntos que lamenté no haber planteado durante mi entrevista. Al siguiente fin de semana, recibí una llamada del equipo diciéndome que habían cambiado de opinión, y que me ofrecían 5 meses de prácticas.

Mi experiencia

Si esta iniciativa te ha dado que hablar, es porque se acerca bastante a los métodos que se practican internamente. Ya sea desde el punto de vista cultural (probar, aprender, empezar de nuevo y no rendirse) o de organización (autonomía e iniciativa), mi iniciativa solo confirmaba que nos íbamos a llevar bien.  Durante mis prácticas, todo se hizo realidad: la libertad y la confianza que se nos otorgó a todos me permitió elegir bien en qué iba a trabajar. Gestionaba mi propia “cartera de clientes”, desde las encuestas hasta las firmas. Si eso no te dice nada, que sepas que es una oportunidad poco común para un puesto junior en una start-up de este tamaño, donde los recién llegados normalmente se limitan solo a hacer las encuestas. De forma paralela, me ocupaba de los leads que entraban (inbounds) para poder establecer un primer contacto y/o transferirlos a otros miembros del equipo de ventas, y al mismo tiempo trabajé como gestor de cuentas haciendo un seguimiento a algunos de nuestros clientes veteranos en diferentes cuestiones.  En enero volví a la universidad: ¡me voy muy pronto, pero feliz de haber podido descubrir el mundillo de las startups a través de esta maravillosa puerta! Si mi historia ha hecho que quieras unirte a ellos, Alan está buscando 25 personas para su departamento comercial. Puedes escribirles a [email protected], son bastante receptivos. ;)

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Publicado en 27/04/2020

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